RECLAMACIÓN

De la serie Objetos punzantes

Piezas breves de Ruth Vilar



HIJO: ¿Qué me diste, madre? 

MADRE: Una vida en blanco.

HIJO: ¿Para qué?

MADRE: No sé. ¿A ti qué te parece?

HIJO: No te la pedí.

MADRE: Eso no se pide.

HIJO: ¡Qué pequeña y fea!

MADRE: Lo siento en el alma.

HIJO: Podías haberla pintado de mar.

MADRE: Píntala de mar, si eso es lo que quieres.

HIJO: Podías haberla llenado de tigres.

MADRE: Llénala de tigres que rujan de noche.

HIJO: Podías…

MADRE: ¿Podía?

HIJO: ¡Debías!

MADRE: ¿Debía?

HIJO: Tal cual me la diste, la vida hace llagas.

MADRE: Poco a poco irá dándose de sí.

HIJO: ¿Poco a poco, madre?

MADRE: Muy poquito a poco. Algunas aún rozan el último día.

HIJO: ¿Por qué me diste una vida así? Estrecha, incompleta, vacía y feúcha. ¿Tan poco me quieres?

MADRE: ¿Tan cruel me juzgas?

HIJO: ¿Qué hago yo con ella?

MADRE: Esta es la que tienes. Vivirla, supongo.

HIJO: ¿Y si se me cae?

MADRE: Agáchate y recógela.

HIJO: ¿Y si se me mancha?

MADRE: Friégala con sal.

HIJO: ¿Y si se escacharra?

MADRE: Reúne los trozos, pégalos con resina y acaricia las grietas con la yema del dedo.

HIJO: ¡Qué fácil lo ves! No sabes qué es esto.

MADRE: ¿No lo sé? Te di lo que a mí me dieron. Y basta.