'FÚTBOL EN ESCENA'

Sobre La mano de Dios. Fútbol y teatro, de Guillermo Heras (ed.)

(Punto de Vista Editores, 2021)

 

Un artículo de Ruth Vilar




Tan unánime como el clamor vehemente de los forofos del deporte rey –coronado no se sabe por quién y desde entonces nunca destronado– es el fastidio de una nutrida parte de los amantes de la cultura en cuanto el esférico echa a rodar por la conversación. Diríase que el fútbol les pesa en el platillo opuesto al de la literatura o el teatro, y que la abrumadora omnipresencia de aquél pervierte el equilibrio de esa balanza. Que quizá ven en él una burda y monumental pasión de masas, contra la que bien poco puede el sutil –y, reconozcámoslo ya, minoritario– apetito intelectual. Goliat repantingado encima de David.

Mas como cada norma implica una excepción, hay autores que no excluyen el fútbol de su vida –espectadores o deportistas aficionados– ni menos todavía de sus páginas. Son archiconocidos y de lectura más que recomendable los escritos sobre fútbol de Eduardo Galeano. Y de cita obligada, la novela El miedo del portero al penalti de Peter Handke y las reflexiones Sobre el deporte de Pier Paolo Pasolini. Una relación bibliográfica, por sucinta que fuera, consumiría el espacio de este artículo, así que en lo narrativo les remito a la entrevista Literatura y fútbol, en la que Juan Villoro –buen conocedor de ambos– establece analogías entre estas dos manifestaciones del juego.

También en el teatro hay dramaturgos cuyas obras abordan, como motivo central o tangencial, el fútbol. Ni abundan ni le consagran su producción entera, así que tales textos acaban siendo rarezas. Y aquí es donde Guillermo Heras salta al campo. En la memoria de infancia de este polifacético hombre de teatro, los partidos del domingo –a los que asistía con su padre, bocadillo de la madre en ristre– ocupan un lugar primordial. Su trayectoria teatral está también –tal vez justo por eso– jalonada de trabajos sobre el fútbol, entre los que destacan tres estudios teóricos y la edición del libro colectivo Al borde del área (Alicante, Teatro Español Contemporáneo, 1998), a los que ahora viene a sumarse La mano de Dios. Fútbol y teatro (Madrid, Punto de Vista Ediciones, 2021).

En este volumen, su aportación más reciente a la dupla césped-tablas, Guillermo Heras presenta una alineación completa: once son los textos y once los autores. Guillermo Heras escoge con solvencia y conocimiento once obras premiadas, publicadas o estrenadas en las que el fútbol tiene un papel primordial, literal y metafórico. Éste es el eje vertebrador de una selección heterogénea, tanto en lo que respecta a las piezas –extensión, género dramático y fecha de publicación, estreno o premio– como a los dramaturgos –procedencia, experiencia o edad–. El antólogo quiere dar juego y lo consigue. Así, al ligero predominio de escritores nacidos alrededor del Mundial de Inglaterra opone, en número casi idéntico, el de la generación de Naranjito –cuyo primer recuerdo futbolístico tal vez sea la mismísima mano de Dios–. Lo mismo aplica a las nacionalidades: una mitad cumplida de los autores es española; la otra casi mitad, hispanoamericana. Esta diversidad, que él hubiera querido redondear con más textos de autoría femenina, es uno de los puntos fuertes del libro. En él conviven con naturalidad la obra El Crack de Juan Mayorga –una pieza brevísima, incluida en Teatro para minutos y en el ya citado Al borde del área–, la incisiva El camino del insecto del mexicano David Gaitán –representada por la compañía del propio autor en el legendario Estadio Universitario de Nuevo León, escenario emblemático en relación con el texto–, y la conmovedora y contundente Eudy de Itziar Pascual –galardonada con el premio Leopoldo Alas Mínguez, publicada y estrenada por la compañía 2RC Teatro–.

En el año 2018, Guillermo Heras pronunció una magnífica conferencia dentro del «4º Coloquio Internacional de Teatro y Fútbol» organizado por el Museo de Historia Mexicana. En esa charla está el origen del prólogo de La mano de Dios. Fútbol y teatro. En él Guillermo Heras nos ofrece una concisa enumeración de títulos dramáticos de temática futbolística, desde 1955 hasta la actualidad. Además, comparte reflexiones originales sobre las analogías y las disimilitudes entre esos dos ámbitos, parejos y contrarios: las respectivas dinámicas internas, las particularidades lingüísticas, la sujeción al dilema belleza-rendimiento, las cualidades para la excelencia, el vínculo afectivo resistente a toda desvirtuación, etcétera. Y nos deleita con frases de Camus, Nabokov o Benedetti. 

El libro entero, su simple y cuidada existencia, constituye una declaración de amor a aquello que nos emociona, que sigue emocionándonos hondamente a lo largo de los años y por encima de contratiempos y decepciones, aquello –sea fútbol, teatro o vida– que amamos más y más a pesar de que ya no lo merezca, y quizá precisamente por eso.